La primera generación -que egresará
en agosto- ha sido integrada por una veintena de creadores,
intérpretes y promotores culturales, animados a transitar “De tu
idea artística a tu empresa cultural”. La frase resume el
propósito de esta iniciativa que replica ideas similares concretadas
hace más o menos poco tiempo en los estados de Jalisco y Morelos,
ahora con Aguascalientes los únicos tres del país donde se trata de
dar forma a ese concepto todavía nuevo en México de “industria
cultural”.
Una tarea difícil, cualquiera que sea
el extremo desde el que se le aborde, porque implica contrariar
desprecios mutuos muy arraigados. Así se notó desde el primer fin
de semana del diplomado, con el instructor que se sentía obligado a
afirmar que le gusta la cultura, que él también lee y hasta ha
comprado algún cuadro, y el artista resistiendo al horrible
principio de que debe pensar en mercados y ganancias, costos y
clientes.
El diplomado quiere dar forma a
empresas culturales, por tanto se propone crear empleos. Es decir,
construir cadenas de producción que comprendan el ciclo completo,
desde la imaginación de una idea hasta la puesta en escena (o en la
pared de la galería, o en la mesa de novedades de la librería). Se
procura la profesionalización y la especialización de los artistas,
intérpretes y promotores participantes, de manera que cada uno se
dedique a lo que sabe y le gusta hacer, sin distracciones en tareas
que no le corresponden y para las que no está preparado. Y la
valoración del propio trabajo, no sólo por el pago adecuado sino,
algo habitualmente ignorado, por el respeto a sus derechos de autor y
por tanto al uso de sus obras.
(Columna "De cultura", se publica el martes 8 de mayo en El Sol del Centro y otros seis diarios de Organización Editorial Mexicana).
(Columna "De cultura", se publica el martes 8 de mayo en El Sol del Centro y otros seis diarios de Organización Editorial Mexicana).
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