viernes, 29 de noviembre de 2013

El "moche" y cómo lograrlo

Ahora que ha terminado de definirse el presupuesto federal para el próximo año, con los correspondientes lamentos por la disminución del gasto de casi todas las dependencias gubernamentales dedicadas al arte y la cultura -aunque el 80% será para la nómina de su enorme e ineficiente burocracia-, es pertinente llamar la atención hacia el gran hoyo negro que han sido desde siempre los así llamados “recursos etiquetados” que es donde más frecuentemente se ceban los grandes vicios del gasto público: retrasos, subejercicio, negligencia, despilfarro. Y corrupción. Aquí, la historia de un caso reciente de discrecionalidad, denunciado repetidamente durante los últimos años pero ahora acompañado por una petición apenas disimulada de “comisión” para financiar un proyecto cultural con dinero público.

Sucede en el Instituto Cultural de Aguascalientes. María Concepción Ramírez Gómez es formalmente la directora de promoción y difusión del ICA, pero se presenta como Connie Ramírez, “directora de comercialización”, y en los hechos, desde hace ya bastantes años, es la coordinadora de programación; en todo caso, ella es quien tiene el poder para determinar qué artistas son contratados, y cuáles no.

A mediados de este año, el joven músico aguascalentense de pop Naím Yubal, creador de Musité (grupo con el que en febrero pasado produjo el disco “Sin regreso”, por cierto sin ninguna participación de dinero público) y actualmente parte de Lily Pop, guitarrista, cantante, compositor, arreglista, productor -y con ese carácter admitido como participante en el Diplomado de Industrias Culturales, convocado el año anterior por el ICA en la Universidad de las Artes-, se enteró de que había disponibles un millón de pesos para el área de música.

¿Quién decidió cómo se usarían estos recursos federales, entregados por Conaculta? Connie Ramírez, quien en su momento explicó que la mitad se destinaría a traer a dos grupos extranjeros, la cuarta parte para otros tantos grupos nacionales, y la cuarta parte restante para apoyar a nueve grupos locales. Ningún argumento para justificar esa proporción, ninguna convocatoria pública para ejercer tal presupuesto.

De éste fondo Naím Yubal supo casi por casualidad, como es lo habitual. Siempre que un creador o promotor se acerca a una autoridad del ICA en busca de financiamiento, siempre, incluso antes de conocer el proyecto, la respuesta mántrica es “no hay dinero”, como si repitieran un manual ancestral. Pero sí lo hay, desde luego, siempre hay dinero. Sólo hay que saber tocar la puerta adecuada, incluso una semiclandestina puerta trasera, revelada queriendo o no.

Ciertamente, como observa Naím Yubal, “no está por escrito” cuáles géneros musicales sí y cuáles no corresponde atender al ICA. De hecho, no está por escrito nada: incluso después de un cambio en la dirección general, hasta ahora no se conoce ninguna política cultural formal del instituto.

Sin embargo, convencido de su valor cultural, presentó la propuesta de producir un concierto con nueve bandas de Aguascalientes para agotar el limitado presupuesto ($250 mil) reservado para los músicos locales. Además, elaboró el proyecto para producir, con un costo de $120 mil, un disco con arreglos musicales dentro del género del pop -junto con Liliana Olmos- a canciones del compositor Alfonso Esparza Oteo, nacido el 2 de agosto de 1894 en la casa que ahora es patrimonio público y ocupa el Centro de Investigación y Estudios Literarios de Aguascalientes (CIELA) en Allende 238. Parece muy probable que, precisamente por su presentación como música pop, este proyecto hubiera alcanzado a nuevos públicos y particularmente a jóvenes.

El proyecto, y un demo con varios de estos arreglos, fueron entregados en agosto pasado a la directora general del ICA, Dulce María Rivas Godoy, a quien pareció gustarle la idea y ofreció presentarla como una de las tres opciones requeridas por el comité de selección del Circuito Centro-Occidente de Conaculta, en el que participa Aguascalientes.

Pero Connie Ramírez dijo posteriormente a Naím Yubal que ésta gira ya la había comprometido con Pie Grande, grupo aguascalentense de jazz omnipresente en fechas recientes: giras incluso internacionales, conciertos, la grabación de un disco... Parece evidente la necesidad de abrir los apoyos oficiales a otros grupos, y a otros géneros: “no es justo que los pocos fondos se acaparen para una sola propuesta”. “Nosotros no buscaríamos una beca para huevonear un año -dice el músico-, nuestra visión es aprovechar al máximo este fondo con una propuesta que tiene calidad”. Piensa que una beca anual debería servir para que un artista busque cómo ser autosuficiente para ya no depender de esos fondos.

Formalmente, desecharon su propuesta porque su grupo original Musité se desintegró y ahora él trabaja como Lily Pop, y “porque no entregué los documentos a tiempo, siendo que se los dejé tres meses antes”.

No es contra Pie Grande el asunto, insiste Naím Yubal, “son excelentes músicos”, pero... Relata cómo en un encuentro suyo con Connie Ramírez “estaba llegando uno de los integrantes de Pie Grande a dejar una factura en blanco”.

Y sigue: “me habían dicho, es que Connie opera de otra manera, ella opera con 'moche', entonces yo me acerqué por ese lado”. El truco fue “apostar” $10 mil: si Connie no “conseguía” la gira ella pagaría $10 mil, pero si lo lograba “yo le daba el 10 por ciento. Y todavía me dice que soy muy pichicatero, poco generoso”, porque ella esperaba asegurar sus inminentes vacaciones en Europa.

Y así, el espectáculo de la corrupción, sugerida o consentida. Que, desde luego, vale aun cuando suceda fuera del horario de oficina y mediante cuentas personales en internet. En el chat del 27 de julio, a las 00:35 horas, Connie Ramírez cede: “...Para que veas que hay interés... pues que sean los 10 (mil pesos)... ¿Consiga lo que consiga?” Naim Yubal: “...que sea el 10% de lo que consigas. De esa forma tú ganas en proporción y así ganamos los dos”. Connie Ramírez: “...Bueno, todo sea por mi boleto para irme a Womex... Así no pido préstamo, si pierdo pos pediré el préstamo... O cambio de destino... algo más bara... OK, va”.

Ahí compruebo, concluye Naím Yubal, que sí hay favoritismo. Y que no es gratuito. “Y si así se hace con esto, es muy probable que así se hace con todo”. Él está “muy indignado, muy inconforme. Yo soy de los jóvenes que... ni madres, es parejo para todos. No está bien que una propuesta quede marginada porque no tiene acceso a, o no es amigo de... Lo que sería muy triste es que esta cabrona se siga saliendo con la suya”. Otra vez.

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