miércoles, 3 de julio de 2013

Una modesta proposición

Propongo un criterio general para considerar el arte y la cultura, una estrategia necesaria para asegurar la creación artística y su difusión, y un proyecto específico.

Primero, pienso en una inversión de lo que está sucediendo ahora mismo. Inversión como aprovechamiento de los recursos disponibles para lograr una ganancia. Inversión porque ésta campaña termina preguntando sobre la cultura, pero debería haberse iniciado proponiendo desde la cultura.

Un gobierno municipal debe iniciarse desde la cultura: la cultura en el centro. La cultura -y sus expresiones artísticas, como recreación o como imaginación de la realidad- no como algo que está al frente y oculta todo lo demás, sino como algo que está en el núcleo de todas y cualquiera de las decisiones de gobierno, y así les da sustento y sentido.

La cultura es todo, la cultura es lo que hacemos y cómo lo hacemos, la cultura es lo que nos hace ser aguascalentenses. La cultura no ha de presentarse como algo ajeno y lejano, algo que llega de pronto y sin esperarlo y así vuelve a irse. No ha de presentarse a la cultura como un acontecimiento, sino como lo que es: la cultura como algo cotidiano, la cultura como algo que existe en la comunidad y que se queda en la comunidad.

Segundo, reclamo reconocer el valor de la cultura. Su valor social, su altísima rentabilidad social, pero también -y como nunca- su valor económico. Los artistas, los técnicos, los promotores crean valor, valor económico, no sólo por los bienes y servicios que producen sino además porque generan empleos directos e indirectos al formar cadenas de producción artística, generan posibilidades ciertas de empleo para estudiantes de artes y comunicación.

Quienes estamos aquí tendremos más valor si, además de empleos, becas y premios, el ayuntamiento asegura el desarrollo de nuestras múltiples y diversas microempresas culturales, con créditos blandos y estímulos fiscales.

Tercero, propongo que el ayuntamiento solicite un permiso o concesión para operar y explotar una frecuencia de radio, La Radio de Aguascalientes, con el modelo de UAM Radio en el DF: una única frecuencia (94.1 mHz), con transmisores de baja potencia (20 W) desde cada una de sus cuatro unidades (Azcapotzalco, Cuajimalpa, Iztapalapa y Xochimilco), cada una con su propia producción y programación, con una cobertura de 6 a 8 kilómetros.

No es necesariamente -no es solamente- una radio con antena. No es esperar a la radio con antena. Es hacer radio, es hacer radios, es difundir las producciones radiofónicas por todos los medios posibles: internet, altavoces en mercados y plazas, transporte público, intercambio con CD y USB, etcétera.

La propuesta es educar y equipar a productores comunitarios en una red municipal, animada y financiada por el ayuntamiento pero desarrollada y gobernada por los propios vecinos organizados.

Texto preparado para un encuentro finalmente cancelado con uno de los candidatos a la alcaldía de Aguascalientes: el ahora alcalde electo Antonio Martín del Campo.

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